ABR 242015 La jornada inició con un foro titulado "La memoria, la palabra y la justicia", en el que participaron la presidenta de Amnistía Internacional en México, Liliana Velázquez Ramírez, la embajadora de Argentina en México, Patricia Vaca Narvaja, la vicerrectora del Claustro de Sor Juana, Sandra Lorenzano, el médico genetista argentino Víctor Penchaszadeh, la presidenta del Colectivo de Organizaciones de Derechos Humanos en Michoacán, Cristina Cortés Carrillo, y la secretaria académica de la ENES Unidad Morelia, Mariana Masera. Durante la presentación del foro, Mariana Masera expresó que el evento busca promover la palabra como constructora de historias de vida y citó a Eduardo Galeano: "Quizá nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos". Masera reconoció que los organismos de derechos humanos construyen puentes hacia la vida que permiten construir un mundo más justo y equitativo. La primera intervención estuvo a cargo de la embajadora de Argentina en México, quien realizó un recuento detallado de los años de la dictadura en su país y el cambio que se dio en 1983 hacia la democracia. Patricia Vaca explicó que el compromiso y la acción de ciudadanos como las madres y las abuelas que se dedicaron a buscar a sus hijos desaparecidos tuvo como consecuencia que se construyera la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas. Agregó que a partir de la construcción de la memoria de los distintos hechos de represión, iniciaron los juicios de la verdad, no sólo en Argentina sino en España, Francia y Brasil. Destacó la importancia de haber creado mecanismos con políticas públicas del estado, acompañados por la construcción de memoria y la participación de la sociedad civil, que a lo largo de los años ha logrado una construcción colectiva de la memoria para que no se repitan los hechos y no exista impunidad hacia las personas que participaron en estos hechos tan difíciles para Argentina. Recordó a Eduardo Luis Ubaldo, quien decía: "Prefiero una justicia tardía que una justicia que no llegue nunca". Por su lado, el doctor Penchaszadeh, médico genetista, mencionó que en Argentina no sólo desaparecieron y asesinaron a 30 mil personas, sino que además tomaron como botín de guerra a los bebes que presas políticas embarazadas tuvieron en cautiverio. Hasta la fecha, se calcula que el número de partos en cautiverio fue alrededor de 500, gracias al trabajo colectivo de médicos, antropólogos forenses y científicos, quienes han identificado a 116 personas desaparecidas o nacidas en cautiverio hace casi 40 años. Este aporte desde la genética constata que la ciencia tiene que estar al servicio de los derechos humanos y la justicia. A continuación, la presidenta de Amnistía Internacional en México presentó la cifra de 22 mil 611 personas desaparecidas en México. De ellas, 12 mil 821 desaparecieron durante el gobierno de Felipe Calderón y casi 10 mil, durante el actual gobierno de Enrique Peña Nieto. Liliana Velázquez abundó sobre el derecho a la verdad que tienen las víctimas de genocidio o crímenes. Este derecho debe permitir que los familiares conozcan la verdad sobre lo que ocurrió a sus seres queridos, así como que la sociedad sepa las circunstancias y las razones que llevaron a que se perpetraran las violaciones, de forma que se garantice que no se repetirán. Mencionó que más de 30 países han creado comisiones de la verdad encargadas de indagar constantemente sobre los abusos contra los derechos humanos. En México, este tema está aún está pendiente. Por otro lado, la presidenta del Colectivo de Organizaciones de Derechos Humanos en Michoacán, Cristina Cortés Carrillo, destacó la importancia que la participación ciudadana tiene en asuntos relacionados con la justicia y los derechos humanos. Realizó un recuento de los acontecimientos que han ocurrido en Michoacán en los últimos años y mencionó la importancia de que los mecanismos que contribuyen a la búsqueda de la verdad y la justicia sean independientes y respetuosos de los derechos que tiene la sociedad. Para finalizar, Sandra Lorenzano, vicerrectora del Claustro de Sor Juana, habló del vínculo entre el arte, la literatura y la memoria: "La memoria se sitúa en el hoy y, a través de ella, el pasado se convierte en un permanente resignificado". Al hablar de la memoria se ligan pasado, presente y futuro, no como un ejercicio de nostalgia sino en un trabajo en que el dolor y la reflexión se conviertan en motor político. La presentación de Lorenzano incluyó una proyección de trabajos vinculados con el arte y la memoria social. Lorenzano también mostró los aportes que artistas como Alfredo Jaar, Horst Hoheisel, Gunter Deming, Christian Boltansky y Shimon Attie han desarrollado en localidades y contextos sociales asociados a crímenes y hechos dolorosos. |
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