SEP 032018 La realidad es que la banca mexicana está emprendiendo la digitalización de sus procesos en las sucursales bancarias, algunos más adelantados que otros, donde se están colocando cajeros automáticos que reciben depósitos en efectivo, y donde al mismo tiempo las sucursales ya no aceptan la recepción de los depósitos de pequeñas cantidades en ventanilla bancaria, similar a lo que sucedió en el pasado cuando nacieron los primeros cajeros automáticos, poco a poco se estará digitalizando los procesos que suelen ser repetitivos y que con las nuevas tecnologías pueden ser sustituidos con facilidad. De la mano con la digitalización de la banca mexicana debe de ser reforzada con medidas de seguridad informática que le den certidumbre a los usuarios del uso de las nuevas herramientas con las que utilizarán su dinero, no es una exageración, lo dijimos en estas mismas líneas hace poco más de un año en la columna; México, la ciberseguridad en el olvido, donde analizamos la gran necesidad de que las empresas, principalmente las del giro financiero, deben invertir en blindar los datos personales y las cuentas de sus clientes, un año después sucedió el gran hackeo a través de transferencias SPEI. Más allá de la inclusión a las nuevas tecnologías hacia los clientes de las instituciones bancarias, se debe plantear estrategias de educación financiera que les permita proteger sus cuentas y tomar medidas precautorias para evitar fraudes o hackeo a cuentas, como le ha sucedido a muchos usuarios de los servicios financieros en México. |