| OCT 082018 Hace unos días se hizo un escándalo porque el diputado Sergio Mayer fue elegido por la fracción parlamentaria de Morena como presidente de la comisión de cultura en la cámara baja, el bombardeo en las redes sociales e innumerables artículos de opinión comenzaron a describir las reacciones contrarias al personaje que encabezará un cuerpo colegiado vinculado, en teoría, a las bellas artes que mucha falta hace sean promovidas en nuestro país en el que el nivel de lectura, por ejemplo, es pavorosamente bajo. La izquierda presume ser progresista, muchos de sus figuras emblemáticas presumen un caudal intelectual obvio, aunque en esta ocasión no atinaron. Sergio Mayer no es ni remotamente un hombre al que distinga una sólida formación, el proviene de la farándula, es personaje mediático. No quiero decir que los personajes de la farándula estén ajenos a la cultura, por ejemplo recordemos que Carlos Bracho fue diputado, es poeta, chef y escritor. Ignacio López Tarso es un extraordinario actor, también fue legislador. El caso que nos ocupa en torno a Sergio Mayer es diferente, no le precede experiencia alguna en el fomento de la cultura y las artes, supongo no es grandilocuente, no es un buen lector, lo cual se refleja en su deficiente ortografía. No hay reserva cultural. Originalmente la comisión de cultura le encabezaría el Partido Encuentro Social, ya inexistente, al que se le vincula con la derecha cristiana, hubo protestas por ello y se rectificó para que al final quedara en manos de Sergio Mayer a quien no imaginamos de izquierdas. A lo largo de la historia en nuestro país también se han significado algunos intelectuales de la derecha como el fundador del Partido Acción Nacional, Manuel Gómez Morín o Carlos Castillo Peraza, el enfoque maniqueo no es la mejor vía. No por ser de derecha o izquierda en automático la gente se redime por arte de magia o a través de algún asunto digamos metafísico. Esperamos que la comisión de cultura esté a la altura de las circunstancias aunque ahora parece tener en quien la preside un improvisado. En los diferentes niveles de gobierno la cultura hace mucho no figura como un tema protagónico aunque suele mencionarse mucho lo contrario, porque en sendos discursos se dice que se trata de un elemento fundamental para reconstruir el tejido social, que será la prevención para evitar escenario violentos plagados de inseguridad e impunidad. La verdad es que las arengas de esa índole no pasan de ser algo así como porras, la realidad nos dice que sólo se ha tratado de la retórica demagógica. Sergio Mayer no es el diputado idóneo para presidir la comisión de cultura, aunque sus compañeros de partido, principalmente los legisladores, digan con sus decisiones lo contrario. Al tiempo. |
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