El Barça se va de vacaciones con el trabajo hecho. El equipo de Hansi Flick ha sumado los tres puntos en el último partido de 2025, imponiéndose al Vila-real por 0-2 gracias a los goles de Raphinha y Lamine Yamal. Joan García ha sido clave bajo los palos, manteniendo la portería a cero y asegurando una victoria sólida que permite a los azulgranas cerrar el año con confianza y buenas sensaciones de cara a 2026.

El Barça se encontró con un Vila-real muy valiente, protagonista en los primeros compases del duelo en La Cerámica. Los amarillos impusieron una presión alta y atrevida que marcó el inicio del partido y obligó a los azulgranas a jugar con precisión quirúrgica. Ya en el minuto 2, Moleiro aprovechó una transición rápida para encontrar a Pepé en el segundo palo, pero su remate de cabeza salió por muy poco.

Los azulgranas tuvieron algunos momentos de dificultad en la salida de balón, pero, pese a los sobresaltos, supieron mantenerse firmes y competir en cada acción. En una de esas llegadas, Buchanan ganó profundidad hasta línea de fondo y conectó con Ayoze, pero Raphinha desvió un disparo que llevaba mucho veneno (min 6). Poco después, una nueva recuperación alta volvió a dejar al canario frente a Joan García, quien respondió con una magnífica estirada para sostener al equipo en los momentos más exigentes.

Cuando el Vila-real parecía más cómodo sobre el césped, el Barça abrió el marcador. Raphinha lideró la acción con determinación, se adentró en el área y provocó un penal claro que él mismo transformó con sangre fría para adelantar a los azulgranas (0-1, min 12). El brasileño mantuvo el pulso ofensivo y estuvo muy cerca de firmar el doblete pocos minutos después, con un disparo seco y potente desde la frontal que se estrelló en el larguero.

El gol abrió un tramo de partido más equilibrado. El Barça intentó dar pausa a la circulación y construir ataques más largos, mientras que el Vila-real continuó fiel a su plan, buscando hacer daño con llegadas rápidas y directas. Un centro de Cardona terminó con una desviación involuntaria de Koundé hacia su propia portería, pero la acción fue anulada por fuera de juego previo (min 16). Los locales volvieron a avisar con un disparo de Buchanan que rozó el poste, mientras que los azulgranas respondieron con aproximaciones de Lamine Yamal y Fermín, siempre buscando desequilibrar entre líneas.

Los minutos finales antes del descanso fueron de máxima intensidad. El Vila-real insistió con transiciones lideradas por Moleiro y volvió a rozar el empate en una acción desafortunada en la salida de balón que Joan García resolvió con rapidez antes de que Cubarsí alejase el peligro bajo palos. Incluso Pepé hizo temblar la portería con un remate al travesaño, anulado posteriormente por fuera de juego. Lo más destacado llegó al final de la primera parte, con una acción clave para el devenir del partido. Renato Veiga vio la tarjeta roja directa por una entrada muy dura sobre Lamine Yamal (min 39), dejando al Vila-real con diez jugadores y abriendo un nuevo escenario para la segunda mitad.

Con ventaja numérica, el Barça retomó el partido con la clara intención de dar un paso adelante. La posesión fue mayoritariamente azulgrana, con circulaciones largas para desgastar a un Vila-real que, pese a jugar con diez, no renunció a buscar el empate. Lamine Yamal fue uno de los futbolistas más activos, apareciendo entre líneas y generando peligro, mientras Fermín y Ferran intentaron aprovechar los espacios en llegadas desde segunda línea. Por su parte, el Vila-real continuó acumulando gente arriba y obligó al Barça a no bajar la guardia. Flick buscó más pólvora con la entrada de Lewandowski y Rashford para intentar cerrar el duelo, pero el gol de la tranquilidad se hizo esperar.

No llegó hasta el minuto 64, en una acción que muestra muy bien quién es Lamine Yamal. Una jugada enredada dentro del área, con rebotes y intentos fallidos de Lewandowski y De Jong, dejó el balón a los pies del joven extremo. Allí, en ese escenario caótico, casi más típico de un patio de colegio, Lamine hizo lo que mejor sabe hacer: marcar. Una acción genuina, instintiva, de esas en las que Lamine siempre se ha sentido más cómodo desde que jugaba al fútbol sin filtros ni complejos.

Con el marcador ampliado, el Barça supo gestionar los minutos finales con inteligencia. Administró la posesión, enfrió el partido y buscó, sin prisas, el tercer gol, que estuvo cerca con disparos de Raphinha y Rashford.

Una actuación tan decisiva como silenciosa. Joan García fue determinante en el tramo final del partido, con varias paradas de mucho mérito que mantuvieron la portería a cero. En un partido exigente, su fiabilidad fue tan importante como cualquier gol. Porque, en el fútbol, no encajar puede ser tan decisivo como marcar. Finalmente, la actuación del portero, sumada a los goles de Raphinha y Lamine Yamal, selló una victoria sólida y trabajada para cerrar un 2025 extraordinario. Los azulgranas volverán al trabajo el próximo 29 de diciembre para comenzar a preparar un 2026 que se espera, como mínimo, tan azulgrana como el año que dejamos atrás.