Por enésima ocasión, el estacionamiento de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) quedó inundado a consecuencia de las fuertes lluvias, sitio donde también está ubicada la Dirección de Seguridad Pública Estatal y Barandilla; situación que provocó que el acceso para los trabajadores y los ciudadanos que iban a solicitar algún servicio fuera bastante complicado.

El Dren Barajas que desemboca en el Río Grande y atraviesa la avenida Siervo de la Nación, pasando a un costado de la PGJE, las canchas deportivas de "Policía y Tránsito" y el colegio Gestalt, otra vez se desbordó y además de estos lugares, también causó inundaciones menores en el Colegio de Bachilleres, la Secretaría de Educación Estatal y los Cendis.

En un recorrido de este medio de comunicación, se observó que dicho afluente está lleno de basura y maleza, por lo que no es de sorprender que el agua no tenga un mejor cause y termine por desbordarse.

Si bien parte de la culpa de que este canal esté sucio es de la misma ciudadanía, pues muchos en vez de tirar los desperdicios en un cesto lo hacen en la calle, la obligación del ayuntamiento local es mantener limpio este dren para así por lo menos reducir las posibilidades de una inundación.

Este martes se vio también a algunas personas, posiblemente trabajadores de la Presidencia Municipal, que apuradas con unos ganchos movían la basura y las hierbas atascadas en el Dren Barajas, con la intención de desazolvar el agua estancada, algo muy bueno, pero tal vez una labor emprendida demasiado tarde, posiblemente "a la mera hora", como opinan algunos ciudadanos.

La ironía de todo esto es que antes de la temporada de lluvias, los encargados de la limpieza de los ríos y canales "se alzan el cuello" ante los medios informativos, con declaraciones donde aseguran estar listos para afrontar la tempestad, cuando en realidad todo concluye siempre con la misma historia: "canales venecianos por doquier".

Por la mañana, los empleados de la Procuraduría y las personas que acudían a esta dependencia a realizar algún trámite, fueron los que más sufrieron por la clásica inundación del estacionamiento y en camionetas de la misma institución, usadas a manera de balsas, fue como lograron llegar hasta las instalaciones, con el único consuelo de que son "gajes del oficio".