Se acerca la temporada de lluvias y en Morelia se observan llenos de basura y maleza los ríos y drenes, sin que ninguna autoridad encargada de la limpieza de los mismos mueva un solo dedo para resolver este problema, que lógicamente podría provocar severas inundaciones.

Por lo anterior, este medio de comunicación se dio a la tarea de realizar un recorrido por distintas partes de esta capital, donde están estos afluentes.

El Río Grande muestra una gran cantidad de suciedad y aunque esto parezca ciertamente obvio, pues se ha convertido en un tiradero de deshechos químicos, petróleos, aguas residuales y minerales inorgánicos, lo cual ha sido corroborado en reiteradas ocasiones por especialistas como el Foro de Colegios de Profesionistas de Michoacán, ésta es acompañada de lirio que impide la fluidez del agua y se convierte en un foco de infección.

Basura y más basura, además de lirio y una gran cantidad de hierbas es lo que hay en este torrente, desde su paso por el Periférico Revolución hasta la colonia Tabiqueros, siendo afectados en caso de alguna inundación asentamientos como Prados Verdes, Granjas del Maestro, Tres Puentes, Manantiales, Tabiqueros y Arboledas del Río Grande, por mencionar algunos.

En varias partes se aprecia que no ha habido una poda de árboles ni una correcta limpieza de los ríos y los drenes.

Asimismo, el Dren Barajas que desemboca en el Río Grande y atraviesa la avenida Siervo de la Nación, pasando también a un costado de las canchas deportivas de "Policía y Tránsito", rumbo al colegio Gestalt, se encuentra sin ninguna atención de limpieza, con herbajes por doquier.

Cabe mencionar, que esta falta de atención en el barrido de esta basura ha provocado en años anteriores severas inundaciones en varias dependencias que están por la zona, como la Procuraduría General de Justicia del Estado, la Dirección de Seguridad Pública Estatal, el Colegio de Bachilleres, Tránsito del Estado, Secretaría de Educación Estatal y los Cendis. En la misma condición está el Río Chiquito.

Ahora, sólo se espera que las autoridades encargadas de esta obligación hagan algo al respecto, en vez de voltear hacia otro lado como si nada pasara y actuar "a la mera hora", cuando cientos de casas ya estén inundadas, como siempre suele pasar.