
NOV 022025 Los poderes fácticos ya no solo retan a las autoridades, las desafían; con acciones letales, los criminales demuestran quién manda y quién decide el destino de Michoacán. Del horror al terror, así nos han llevado los criminales a las y los michoacanos, sin que el Gobierno Federal y el Gobierno estatal hagan algo. La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla no pueden decir que nadie se los advirtió: Bernardo Bravo Manríquez y Carlos Alberto Manzo Rodríguez hicieron denuncias públicas y llamaron de mil maneras a la intervención oficial contra la delincuencia. Pero la Presidenta y el Gobernador pusieron oídos sordos; negación y frivolidad caracterizan a los dos niveles de gobierno responsables de contener el narcoterrorismo y las extorsiones. Con total impunidad, ante la inoperancia del régimen morenista, a balazos callan las voces que se atreven a denunciar la injerencia del crimen organizado imperante en todos los rincones del estado. En Michoacán nadie está a salvo. El asesinato de Carlos Manzo, sepulta, de una vez por todas, la seguridad y la gobernabilidad. |