JUL 192025 La población, ya disminuida por el desplazamiento forzado, sobrevive en un clima de constante angustia. Los vecinos afirman que sólo durante las apariciones de las fuerzas de seguridad se experimenta algo de calma. Sin embargo, una vez que se retiran, el estruendo de los disparos y las detonaciones vuelve a apoderarse del lugar, sumiendo a familias completas en el pánico. Los relatos de los habitantes describen noches de zozobra, con niños, mujeres y adultos mayores atrapados en sus casas, temerosos de salir o incluso dormir. "Estamos en medio del fuego cruzado, sin protección", comentan algunos con resignación. La situación ha rebasado a la comunidad, que clama por una intervención firme y sostenida de las autoridades para poner fin a la espiral de violencia, por lo que exigen la presencia permanente de las fuerzas federales en su localidad para un combate frontal a los criminales. |