ABR 212019 Lo anterior porque en un recorrido por la ciudad se encontró con un buen restaurante mar y tierra llamado La Costeñita, ideal para visitar con amigos o en pareja, atendido por su propietario Rubén Alejandro Reséndiz. De entrada se pudo observar un menú amplió con platillos agradables al olfato, la vista y sobre todo al gusto, los cuales iban desde unas pescadillas, hasta tiritas de pez vela, pasando por el aguachile o un buen caldo de cuatetete, conocido como el rompe catres, me imagino que porque engorda. Sin embargo ver y probar lo platillos no bastó para el Comensal Michoacano que se metió a la cocina, donde pudo comprobar que todo era preparado con ingredientes frescos y naturales que incluyen hierbas aromáticas como menta que se cultivan en una maceta propia. Era un gusto ver y oír el ritmo del cuchillo contra la tabla cuando cortaba los camarones, el pulpo, el huachinango, los tomates y los chiles habaneros. Luego observar cómo se cocían la jaiba y los pescados realmente cautivó al comensal que tuvo que probar de todo un poco o tal vez un mucho para poder saciar el antojo. Sin embargo esto también abrió la sed del Comensal que pudo aprovechar para conocer las micheladas con pulpo y camarón que realmente reaniman en esta temporada de calor. Sin duda La costeñita es un sitio donde se obtiene un sabor a mar que convence a la panza de que con mariscos la vida es más sabrosa. Si se le antojó puede ir a Parador Gastronómico Xangari número 28 en Prados de la Huerta sobre la salida a Pátzcuaro. |