JUL 142025 Los que llegan a presentar el primero tienden a tomar decisiones de mayor riesgo, mientras que en el segundo caso pueden ser más cautelosos en sus disposiciones sobre alertar la presencia del olor de una enfermedad, en caso de ejemplares de detección médica. Lo anterior, de acuerdo con la universitaria que forma parte de un grupo de científicos de la Universidad de Bristol, Reino Unido, quien realizó un trabajo de colaboración, parte de su investigación de doctorado, en colaboración con la organización Medical Detection Dogs de dicha nación. Se trata de "An exploratory study of associations between judgement bias, demographic and behavioural characteristics, and detection task performance in medical detection dogs", publicado en la revista científica PLOS One. A decir de Bistre Dabbah, los de detección médica son aquellos que tienen la capacidad de descubrir enfermedades a través del sentido del olfato, es decir, percibir olores, mediante las partículas llamadas VOC (Volatile Organic Compounds), que son componentes orgánicos volátiles, una especie de huella específica. Los resultados sugieren que los primeros suelen adaptarse mejor a los cambios y a las nuevas situaciones; los segundos llegan a mostrar mayor resistencia, por lo que los optimistas desempeñan de manera sobresaliente su trabajo. En entrevista, la universitaria también egresada de la FMVZ abundó: dentro de la línea de investigación lo que se pretendía conocer era qué hace eficiente a uno de detección médica en su labor, y qué características conductuales son las más importantes. Realizamos una prueba de sesgo cognitivo (que en inglés se llama Cognitive Bias o Judgment Bias) en 58, de los cuales 39 estaban en entrenamiento y 19 se desempeñaban en proyectos de descubrimiento de distintos padecimientos. Lo que se pretende es entender cómo los estados emocionales afectan las decisiones del individuo, similar a lo que sucede en los humanos y en animales, explicó. Además de Bistre Dabbah, forman parte del equipo de la Universidad de Bristol, Michael Mendl, Claire Guest y Nicola J. Rooney. Método Los animales fueron entrenados para asociar un lugar de una habitación con comida ("ubicación positiva") y con un plato vacío ("ubicación negativa"). Cuando se les presentan lugares considerados "neutros" donde el alimento puede o no estar, las respuestas se evalúan como un indicador de sus estados emocionales. Por lo regular corren a sitios intermedios con la esperanza de una "golosina", es decir, tienen un estado emocional más "optimista", indicó Sharyn Bistre. Después de varias repeticiones sabemos que aprendieron a discriminar entre dos localizaciones porque cuando se presenta el plato vacío a veces caminan lento y lo que proyectan es: "para qué voy si no habrá nada ahí"; o a veces ni siquiera desean acudir, lo cual se interpreta como pesimismo. Conclusiones La veterinaria etóloga concluyó que al asociar el desempeño en la prueba de sesgo cognitivo con otras medidas conductuales y de habilidad general en las tareas de detección médica, son, en general, superiores para su trabajo y con una línea de comportamiento más relajada, juguetones y con mayor confianza y optimismo. Al comparar su función en la prueba con parámetros de precisión en detección olfativa, aquellos que son específicos (mejores para no alertar erróneamente cuando hay ausencia de olor) fueron proclives a ser más pesimistas. Esto no lo interpretamos al estilo humano, sino que son más cautelosos a la hora de tomar decisiones. La también ganadora del tercer sitio del Premio "Manuel Cabrera Valtierra" 2015 otorgado por la FMVZ por su desempeño académico, expuso que los resultados pueden ser benéficos para animales de compañía. Podemos entender cómo es la interacción con ellos. Por ejemplo, la forma en que los entrenamos en México, donde en muchas ocasiones se emplean técnicas de castigo, está relacionado con que sean más pesimistas porque esperan situaciones negativas, enfatizó. |